Si quieres venderme algo, emocióname!
Hace unos días, acudimos a una charla sobre Neuromarketing, la impartía Juan Graña de Neurologyca por iniciativa de Dircom Galicia y con la colaboración de Iuni Consulting.
Todos sabemos que la neurociencia es una pieza clave en el avance de múltiples materias y, por supuesto, también en el marketing. Y como en otros campos, tras fases de experimentación, los avances tecnológicos están permitiendo identificar y medir científicamente conductas y comportamientos que nos ayudarán en la venta de nuestros productos y/o servicios.
Los científicos ya ha demostrado que:
– No todo es lo que parece. Con frecuencia decimos una cosa pero hacemos otra, en consecuencia podríamos decir que no sabemos lo que queremos.
– Las emociones rigen nuestra memoria y la inteligencia es emocional.
– Las decisiones se toman a nivel subconsciente antes de hacerlo a nivel consciente.
– El cerebro funciona en red y la interconexión neuronal es lo que hace posible la consciencia.
– No somos lógicos, somos biológicos.
Con este punto de partida, podríamos decir que el Neuromarketing es el encargado de descubrir qué queremos, qué buscamos, qué nos motiva, que nos impulsa,… a la hora de tomar la decisión de compra.
Como seres complejos que somos, las interconexiones en nuestra red cerebral son múltiples y hay tantas realidades como personas. Al fin y al cabo, esa realidad es una ilusión que hemos construido nosotros mismos en nuestro cerebro, si bien, el ambiente cultural y social influye en la forma en que realizamos esas conexiones, por tanto compartimos emociones y en consecuencia sentimientos.
Sintetizando mucho y a modo de conclusiones, lo que parece clara es la prevalencia del instinto de supervivencia, que está albergado en la parte más primitiva de nuestro cerebro y que trabaja de forma inconsciente pero que siempre va a estar ahí velando por nuestros intereses.
Después vendría lo emocional y también inconsciente. Está demostrado que determinados estímulos provocan reacciones físicas (marcadores somáticos) y eso nos hace muy, pero que muy manipulables.
Y por último, estaría esa toma de decisión secundaria y final en la corteza cerebral, la parte consciente y que menos utilizamos. La información aquí nos llega tras pasar el filtro del Tálamo (seríamos incapaces de gestionar toda la información que manejamos de forma inconsciente).
Todo esto lleva años practicándose en el mundo del marketing y la publicidad. Suena muy usado lo sé, pero el Neuromarketing parece que ha llegado para quedarse.