Comunicación y Política, eterna alianza
Barack Obama, el primer presidente negro de EEUU que irrumpió en nuestras vidas con su ilusionante “Yes, we can” y que fue el primer político relevante que se valió de las redes sociales para hacer llegar su mensaje a la ciudadanía, sigue apostando fuerte por facebook. Así se dirigía a sus seguidores en su nueva página personal:
Hello, Facebook! I finally got my very own page. I hope you’ll think of this as a place where we can have real conversations about the most important issues facing our country – a place where you can hear directly from me, and share your own thoughts and stories. (You can expect some just-for-fun stuff, too.)…
Puedes visitar el sitio para seguir leyendo y descubrir que el primero en comentar su actualización no podía ser otro que Mark Zuckerberg con un:
Welcome, President Obama! I’m excited that you’ve joined our community, and I look forward to seeing how you engage with people here on Facebook.
Mientras tanto, recientemente, aquí en España el periodista Jordi Évole y su programa “Salvados” conseguía uno de los “cara a cara” que más expectativas ha generado en los últimos tiempos, el de Albert Rivera y Pablo Iglesias (o viceversa, había que poner a uno delante). Se trataba de un encuentro desenfadado, en teoría con preguntas no pactadas y en un café de barrio. El interés previsto quedó constatado por los excelentes niveles de audiencia y, más allá de que a muchos nos hubiera gustado un programa en directo y sin editar, no se puede negar que resultó mucho más cercano que los debates a los que los políticos tradicionales nos tienen acostumbrados. Ambos se mostraron muy humanos, políticamente correctos y hasta parecían estar de acuerdo en muchas cuestiones (Ay! Ese ansiado centro… ). Podríamos decir que hubo algo de eso que en mi pueblo se llama “nadar y guardar la ropa”.
Pues sí, parece que estamos ante nuevos tiempos y nuevas estrategias de comunicación. Con menos aderezos y centrando el mensaje en los intereses sociales.
La nueva política sabe que ha de llegar al corazón de su pueblo y el descreído pueblo quiere confiar, necesita confiar!
Confiemos pues en que se imponga el estilo y que la cosa vaya más allá de una simple pose de programa “guay” de televisión. La comunicación no hace milagros. Y sí, es importante contar lo que se hace, pero es más importante aún, que lo que se haga, se haga bien.